Productividad y desempeño laboral
Renuncia silenciosa: ¿qué es y cómo evitar que afecte en el trabajo?
La renuncia silenciosa implica que el trabajador se límite a sus funciones básicas. La empresa debe vigilar la renuncia silenciosa; mira cómo.
Productividad y desempeño laboral
La renuncia silenciosa implica que el trabajador se límite a sus funciones básicas. La empresa debe vigilar la renuncia silenciosa; mira cómo.
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Enrique Laradola
HR Consultant
25 de octubre, 2022
La renuncia silenciosa o quiet quitting, es un fenómeno referido a la práctica de tomarse el trabajo con la seriedad justa para no ser despedido. De este modo se puede tener una mínima implicación que permita al empleado llevar una vida satisfactoria fuera del trabajo .
En consecuencia, abandonar el trabajo de forma silenciosa no quiere decir dejar de trabajar. En realidad, significa hacer lo que se requiere y luego seguir con tu vida. De este modo, tendrás mayor equilibrio entre la vida laboral y la personal.
En la renuncia silenciosa se sigue cumpliendo con las responsabilidades, pero sin hacer más que aquello por lo que pagan. Una buena forma de llevar control de esto, desde la empresa y el empleado, es usar un gestor de taraea.
Según diversos estudios, el equilibrio entre el trabajo y la vida personal guardan estrecha relación con la salud mental. Por tal razón, la renuncia silenciosa tiene como objetivo establecer ese equilibrio, en situaciones en las que el trabajo toma tiempo de la vida personal.
También, logra contribuir a separar la autoestima personal del trabajo. Cuando el trabajo es continuo se dificulta darle el verdadero valor. Si no se obtiene el ascenso esperado o no se reconocen tus logros, se puede considerar un fracaso personal. En esos casos, baja la satisfacción laboral.
En consecuencia de lo anterior, se puede incrementar la ansiedad. Por eso, hay que preocuparse en cómo mejorar tu rendimiento. Por lo general las personas terminan trabajando más, esto eleva el exceso de trabajo y baja la autoestima.
Luego, la renuncia silenciosa puede prevenir la fatiga; esta se genera al exponer al empleado a trabajo en exceso. En algunos casos genera un impacto en la salud física, emocional y mental, disminuyendo las capacidades laborales.
También se mejoran las relaciones de trabajo con la renuncia silenciosa. Si las personas se sienten más felices, tienden a ser más amigables, abiertas y productivas.
Con esta medida de renuncia silenciosa, la persona se enfoca en hacer bien su trabajo puntual y eliminar las competencias entre colegas. Las amistades en el trabajo alimentan el sentido de pertenencia, la lealtad al trabajo, mejora el desempeño y la productividad.
Por otra parte, se evita que se desarrolle el síndrome del trabajador quemado o burnout.
El quiet quitting hace referencia a que el empleado hace solo el trabajo por el cual le pagan. No asume tareas extras, propuestas o turnos de trabajo añadidos.
En consecuencia, no se trata de abandonar las responsabilidades propias del puesto de trabajo. Se trata de renunciar al exceso de trabajo, rechazando funciones por las que no les están pagando.
El termino renuncia silenciosa no se refiere a abandonar el puesto laboral, sino a ceñirse a las funciones básicas del puesto.
El concepto puede verse desde dos puntos de vista, la primera muestra a un trabajador que sea cual sea la razón decide no renunciar. En este caso, el empleado solo calienta la silla, cubre el expediente, pero no genera afecto a la empresa. Esto se nota al dar ideas, mostrar entusiasmo, tener actitud positiva, participar, etc.
Ahí existe una disfunción en el vínculo que el trabajador tiene con sus funciones y la empresa. El trabajo no le da satisfacciones, porque estas no lo estimulan a dar más.
Existe una diferencia entre un trabajador correcto, con quien se establece una relación casi mercantil, y otro comprometido que hace un sobresfuerzo.
En este sentido, se requiere una mezcla de ambos, que existan fuerzas equilibradas y que el empresario no abuse de la vida de las personas.
Se entiende que debe haber quien cumpla los horarios. Pero en algunos casos, para dar un paso adelante se debe dar algo de compromiso. El problema se presenta cuando el personal se vuelve rígido, el resto está sobrecargado y nos vamos a nuestra hora.
El segundo punto de vista habla de un trabajador que hace su trabajo en su horario, sin realizar ni una tarea más. En este caso, si los resultados no dicen lo contrario, no se debe considerar una renuncia.
En este caso el trabajador solo hace su trabajo. Si una persona se organiza bien, entiende su trabajo como es y no gasta más energía de la necesaria. Logra sus objetivos. De este modo, deja tiempo para dedicarlo a otros aspectos importantes de su vida.
En contraste con la renuncia silenciosa, vamos a revisar una mala práctica que a veces se presenta. Se trata del despido silencioso, práctica nociva en la que las empresas no dan a los empleados oportunidades de desarrollo profesional.
Estas no ofrecen opciones de crecimiento, capacitaciones, participación en nuevos proyectos, aumento salarial o incentivos.
Con esta práctica, lo que se logra es contaminar el clima laboral, desmotivar a los empleados y fomentar la rotación de personal. Esto a la larga resulta más costoso que una estrategia de crecimiento laboral.
Dicha tendencia trata de que los gerentes o jefes se encarguen de perseguir y atacar a los empleados, para que ellos mismos renuncien. Se basa en el comportamiento del jefe a su empleado; el desinterés o el maltrato son factores claves para determinarlo.
En estas situaciones, los jefes usan varias técnicas para abrumar al trabajador, hasta que este decida salir de la empresa. Entre tales acciones está deteriorar la vida laboral, congelar contrataciones, provocar rescisiones de ofertas de trabajo, vigilancia excesiva y estrés.
Además de esto, no motivan al empleado, no conceden aumentos o niegan permisos. Incluso piden trabajar más horas de las debidas. De hecho, a veces hacen una evaluación por competencias injusta.
Entonces, si eres jefe y quieres que tu empresa avance, evita ese tipo de prácticas.
Cuando estas situaciones dañinas para el clima laboral suceden, la situación laboral empeora. Claro, el jefe acosador conseguirá agregar al empleado a la lista de despidos o renuncias, pero la empresa se verá afectada.
Por eso, antes de llegar a este extremo es recomendable que el trabajador hable con un superior de mayor rango. Que proporcione hechos, datos y cualquier mensaje de compañeros de trabajo y clientes que demuestre que es buen trabajador y productivo.
Esperamos que este artículo sobre renuncia silenciosa y despido silencioso te haya servido. Lo más importante es que tu empresa y equipos fluyan hacia el éxito. Por eso, continúa en Sesame HR y aprovecha todos los contenidos y recursos gratuitos disponibles.
Con una experiencia de más de 12 años en Recursos Humanos. Orientada al cliente tanto interno como externo, especializada en la definición e implantación de las políticas de RRHH y en la gestión, selección y retención del talento. Capacidad de liderazgo, comunicación, negociación, organización y coordinación de equipos.